Una fe sana es una fe que activa la bondad hacia los otros, el amor al prójimo, pero sin lastimarnos nosotros mismos, sin necesidad de buscar la aprobación de los demás y sin necesidad de mostrar "cuán bueno soy". No buscar la aprobación de la gente significa que ya estás aprobado, Dios ya te aprobó y ya la gente no tendrá el poder de lastimarte.
Bernardo Stamateas
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