- Callar, cuando acusan, es heroísmo.
- Callar, cuando insultan, es amor.
- Callar, las propias penas, es sacrificio.
- Callar, en el dolor, es penitencia.
Por eso, como no soy una heroína,
no soy la esencia del amor,
no tengo vocación de mártir,
ni hice votos penitentes....
¡¡ NO ME CALLO !!
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